Paseantes

A mi hermano le enseñaron a disparar

Las palomas sabían a plomo

Me duele no saber por qué he vivido

qué llagas en los pies

en la conciencia

me impidieron llegar

El problema no reside

en saber qué país

es el dueño del huevo

que ha puesto el gallo

en la frontera.

He caminado todos los senderos,
en la luz y en la oscuridad.
Sobre mis hombros llevé la luz
que dijiste posar sobre ellos.

             IV

Todo es muerte si te has ido, 
si te alejas, si abandonas
mi sentido;
reflejo de lo perdido
sobre las horas ladronas
del latido.

Miserable día. Sólo el capote de un simio asoma en las calles, como si el Ojo hubiese

perdido, al inclinarse, el Alma. El día descarga sus sacos pesados. En una esquina el Ojo

III

Es tu cuerpo una alborada 
y el cielo que a mi me sacia,
mujer bella.