El secreto de Lázaro | Luis Farnox

Luis Farnox | El mecánico del swing

Nadie desveló la verdad de Lázaro.

Después de ser rescatado de la digestión eterna

de la muerte, su vida fue un infierno.

¿Qué sucedió a su vuelta...?

Nunca se adapto a la resurrección.

Cuerpo y espíritu no encajaron jamás,

su dislocación le persiguió hasta el fin de sus días.

Nadie contó con él,

no le pidieron permiso para retornarle.

 

Estuvo impregnado siempre con el olor cariado

de la muerte.

Poco a poco todos le fueron dando de lado.

Una vez que te impregnas con el aroma de la

gran certeza

la gente prefiere mantenerse a distancia.

En ningún momento desveló a su familia

el terrible secreto que callaba.

Aquel secreto le apartó para siempre de la

felicidad.

Todos los regresados se vuelven melancólicos y

discretos;

nunca serán los mismos.

 

También yo he vuelto

y me he visto rodeado de extraños.

Sí, al fin y al cabo,

seguimos siendo niños viajando en espiral

en un simpático carrusel:

a la grupa de un orondo cerdito de madera,

en un minúsculo coche de bomberos,

en un cisne hueco

o en avión de sube y baja.

 

Viajamos tranquilos porque de vez en cuando

reconocemos a nuestra madre entre la multitud.

La saludamos y ella nos manda un beso.

El viaje se alarga,

no aúlla la sirena,

los rostros paternales se van difuminando.

De pronto, no encontramos la cara risueña de

mamá

por más que la buscamos...,

sin embargo, la vimos en la última vuelta.

El coche de bomberos ya no es de nuestra talla

y es imposible descarcelarse solo.

De repente, somos devueltos al mundo,

y mamá ya no está.

Lloramos amargamente

y comprobamos con estupor

que el lugar no está en su sitio,

por más que retornemos:

el lugar

nunca

estará en su sitio...

 

Vagamos durante un tiempo con la esperanza

de encontrar lo que al fin se ha esfumado.

Conservamos los jirones de nuestros pobres

harapos infantiles.

Alguien ordena:

"Levantaté y anda".

¿Quién se niega ante tal determinación?

Vuelvo a ser Lázaro,

resucitado cada mañana,

y me cruzo con otros que, como yo,

también fuimos empujados hasta aquí.

 

Con instinto canino,

nos olemos el trasero para reconocernos.

Todos somos regresados, menos aquellos

inocentes

que aún buscan esperanzados, mientras giran,

el rostro maternal del milagro.

 

Luis Farnox

(De 'Viaje espiral', Sial Ediciones SL, Madrid 2012)

(El viernes 14 de febrero de 2014, Luis Farnox  participará, junto a otros poetas, en  la presentación de la antología poética 'Amores Infieles. En el salón de las voces vírgenes', coordinada por Antonino Nieto, del Grupo editorial Sial-Pigmalión, en el Ateneo de Madrid).

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