Poemas y otras cosas de Ángela Sayago.
Tus labios de espiral me reciben como el pistilo de las flores la lengua de las mariposas. El polen exquisito del ósculo embellecido por la sensación infame de creer tenerte.
En qué momento penetró el ímpetu en mis ojos pardos y en mi vientre de porcelana, jadeante y dolorido como las escamas que desprendidas del pez a salpicones se desparraman.
Cuatro paredes frías, revoltosas llenas de hielo hablan de pensamientos congelados en este cerebro.
Fueron los duendes de aquél mágico paraje,
Me has robado la sustancia y ya no tiene remedio, así que vente conmigo y te desgrane el vacío para fumármelo entero.
Yo no estuve allí, pero sé de las lágrimas _calientes como la sangre_ recorrer sus mejillas azules.