Paseantes

No voy a llorar si alguien mata al presidente
al mío, al tuyo…
en definitiva
los presidentes no son de nadie
y no sirven para nada...

Acabó el juego. El vagabundo olor de los cráneos enamorados. Acabó el ofrendar de lo

que no existe. Fin al Amor semejante a vasos de Agua por lo inocuo y voluble. Muchos

La hora el día
son una invitación al vacío.

I

¿Qué enmarañada atadura?
¿qué desconocida el alma 
de un poeta?
Surcamos la quemadura,
que con el aire se calma,
cual cometa.

Para nombrar la noche
cabría decir
pájaro temible
grito de mono

EL:

Despierto en tus ojos,

en la religiosidad de tu mirada.

En mi mente crece y se entona

una canción inmaculada.

Al ritmo de tu nombre comienzo

siempre las mañanas.

Enamorado.

ELLA: