Cuando se quiere a una persona,
te duele que le duela,
te cansa que se canse,
te agota que se agote,
te entristece que se entristezca
te engaña que te engañe.
Yo quiero que te quieras,
que te lleves bien contigo,
que no te consientas,
que no te consientas
volver a decir:
-¡Qué asco de vida!
La vista es lo primero que se pierde,
por eso hay tanta gafa,
después te quedas sordo del pie izquierdo,
y te nace la calva de la cana,
se te mueven las carnes si eres gordo,
si eres flaco te suenan las bisagras,
se te vuelan los capicúas,
se te pierden las ganas...
se te mueven los dientes en la boca;
Hablan de las subidas.
Sube la fiebre, la gasolina, los alquileres.
Y nadie habla de las bajadas.
Baja la moral, la cultura, la educación
y nadie protesta en la función.
Sé que ya puedo seguir viviendo como poeta
aunque no publique más libros,
lo que no puedo es vivir sin escribir.
Si los poetas tuviéramos un Retiro Obrero
para ya de mayores,
cuidar vuestros jardines interiores.
Esto sucederá cuando los gobernantes
nos cojan cariño.