Chamusquina | Ángela Sayago

Velas encendidas de madrugada

Fluorescentes de neón

se deshacen como cera ardiendo

—velas encendidas de

madrugada—.

El tiempo desordena la lluvia

y simulando un sueño

toda imagen se borra de las

pupilas,

todo deseo desaparece

y se incendia el aura Selene.

Una revelación secreta se oculta en las letras dispares,

perecederos instrumentos

de tinta electrónica.

Y la voz grave, siniestra,

de un tremebundo acordeonista

permanece invisible

en los desiertos de una vida.

 

Arabyhela

 

Hoy, lunes 27 de enero de 2014, estaré leyendo en las II Lect(R)uras a mano armada de Bolo García en Cabaret Palace. ¡No te las pierdas!

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