Y de los restos, las semillas,
y de las semillas la arboleda que crece
en los arbustos sedosos de tu vello.
En los verdosos ojos de tus mares
y en los veleros que de noche surcaron
la neblina de tus lloros.
Y todavía a la deriva
la tempestad amaneció brisa,
porque la lentitud de besarnos las heridas
anestesió las inclemencias de la fiera
y aflojó las tenazas
frías,
ceñidas
y decrépitas.
Porque no solo la palabra es del habla.
También el rostro,
el roce
y el rubor arqueado
tras el fulgor del orgasmo.
El sol en la cara
y las manos en las bragas.
El agua en saliva,
el salto hecho árbol
y de todos los sauces muertos
voló lejano en acrobacias el cuervo.
Y quedaron las flores,
las azaleas que vistieron de color tus fondos.
Y de ahí,
del vuelo, la belleza
del que tímido se envuelve
en los recovecos de su cuerpo.
Del que impávido resuelve en alas
los vientos de sus sueños.
Del que bañado en nostalgia
recuerda a su vuelta su lengua
y el apéndice de su cuna
crecido en su espalda.
(Hoy jueves, 3 de abril de 2014, Sabela Paz y yo -Paula Díaz- leeremos poemas relacionados con algunas de las 18 ilustraciones que están expuestas en la exposición de ilustración 'Poetracción en Vergüenza Ajena Bar'. También se puede visitar el blog mediante un código QR que hay en la exposición)
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