Llueve en mi habitación.
Se calan todos los rincones de mi alma,
y mi corazón también anegado
intenta escurrirse
de tormentas pasadas,
aguaceros insensatos.
Se inunda mi espíritu,
mis ojos de lágrimas.
No brota en cascada
ni se desbordan en riada…
sólo ven empaparse mi ropa,
mis muebles, mi cama…
y mis botas de agua.
Ángela Sayago Martínez
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