Acabó el juego. El vagabundo olor de los cráneos enamorados. Acabó el ofrendar de lo
que no existe. Fin al Amor semejante a vasos de Agua por lo inocuo y voluble. Muchos
han muerto ya. Muerto amigos y amores. Ha muerto la flor que trepaba las paredes para
lograr algo de vértigo. Murió la fábula del loco enamorado bajo un ceibo. Todo es azar
en las manos de los muertos. El diablo siempre tiene la mejor excusa. Murió la atención
de los abandonados. Murió el trapecista. Murió Dios que bajó, miró, se amargó y se fue.
La esperanza suele instalar millones de falsas, ante los ojos de un recién nacido.
Samuel Bossini
(De 'Mundo Natural')