Asesinadas juarenses | Guillermo Sastre

Al sin fin de injusticias,

bellos sueños son asesinados,

crímenes premeditados,

hombres de mal corazón, inhumanos,

mala su ralea desde su triste cuna,

matan como hienas sueños confiados

y la memoria sigue indeleble.

Sus bellas trenzas batidas a malos vientos,

en una ciudad que viste triste,

tiran las rosas a mugres arenas,

su aliento al estiércol y muertas,

estrangulado un frágil cuello acorralado.

No es el deseo versar,

cuando le apenan tanto estos versos,

pero es el deber y gritar indignamente

contra los asesinos que hacen esto.

Ah, la de sonrisa bonita, resplandeciente

que ahora estarás enterrada, escucha el grito,

con todas las fuerzas de una voz gigante,

y que los asesinos sin corazón aunque ignoren,

desaparezcan de este mundo sin amor.

Miles de bellos cuellos allá donde os encontréis,

tendréis todo nuestro amor y dulces besos,

descansad en paz vuestros dulces sueños.

 

Guillermo Sastre

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