Castillo de artificios y el cristal más opaco te desvela
en la danza que tú nuca destrenzas
y hay un piano en tus ojos
y un muerto en tus entrañas. Tú me llevas
por los pasillos verdes de una noche
a otra noche y a otra noche
más larga.
Te espero como siempre para siempre
en los azules Blanca de mi noche.
Te espero hasta que el cuerpo se me rompe
y es plano de libélula y tambor
la droga que destilas en mis ojos.
Te espero para siempre como siempre
y mis noches son viento en tu cabeza
ráfagas en tu cuerpo para dos
para ti
para el cuerpo que formamos
tan juntos como espinas
como castillos tiernos.
Eduardo Haro Ibars
(Publicado en 'The Stony Thursday Book | Cuadernos de Madrid', Número/Number 2, 1992)